20.6.06

Fútbol base

A propósito del Torneo de Campeones que disputamos este sábado pasado (ver el post anterior), se me ocurren unas cuantas cosas que podrían mejorarse en algunos ámbitos que atañen al fútbol base. He de decir que esta es mi opinión personal, no hablo en nombre (aunque existan coincidencias) de la Escuela de Fútbol Periso, ni como entrenador de su equipo alevín.

Entrenadores / Monitores

1. Deberían jugar todos los convocados, no solo los “buenos”. Cierto es, entre otras consideraciones, que nunca se de el mismo premio a jugadores que no se esfuerzan por igual, ya que esto solamente crea injusticias y agravios comparativos. Pero incluso los que menos se esfuerzan y muestran menos interés deben jugar un porcentaje suficiente del total del partido.
2. Entiendo que los entrenadores y monitores que están en proceso de obtener algún título como entrenador de categorías superiores quieren tener el mejor currículum, por lo que generalmente buscan la victoria con más ahínco incluso que el resto. Muy loable buscar que se fijen en ellos a partir de resultados deportivos, pero esto no es excusa para utilizar a los niños con ese propósito. Los chicos están ahí para divertirse y aprender, no para ser herramienta de mejora profesional. Tampoco se puede imponer a los jugadores la victoria a cualquier precio, incluso por medios antideportivos como la pérdida de tiempo o peores, como aquellos que ponen en peligro la integridad física del contrario.

Federación, Organización y Árbitros

1. Si un partido tiene una duración hay que respetarla. Los chicos entrenan todo el año esperando que llegue el partido del fin de semana. No se les puede escamotear ni un minuto por razones como el retraso acumulado de una serie de partidos que se celebran en el mismo campo.
2. Por el mismo motivo, si un equipo provoca pérdidas de tiempo durante el juego, se debe aplicar el tiempo extra que corresponda en cada caso. De otra forma se favorece al infractor y una vez más se perjudica al equipo que se comporta deportivamente.
3. Se debe dar tiempo suficiente de descanso entre cada parte del partido para que los chicos se recuperen, al menos que tomen aliento. No es cabal que el tiempo entre cada mitad del juego llegue a ser de tan solo tres minutos. Eso obvio que casi se trata de un atentado contra la salud de los jugadores.

Público en general y padres en particular

1. Consentir que nuestro equipo gane a cualquier precio, utilizando incluso medios ilícitos, da la justa medida de lo poco o nada que nos importa la formación de los niños.
2. Consentir que solamente jueguen los más capaces, los más técnicos y los más fuertes desilusiona y perjudica, no solo en el aspecto deportivo, a los que no lo son tanto.
3. Los que no se esfuerzan, muestran poco o ningún interés, faltan a los entrenamientos o partidos, no valoran el pertenecer a un equipo (el fútbol todavía puede considerarse un deporte de equipo) o se comportan de modo poco o nada deportivo con sus compañeros (los de su equipo y los contrarios que tiene en frente) NO pueden jugar los mismos minutos que los que sí observan todas estas cuestiones. No hay nada más injusto, como decía antes, que dar el mismo premio a esfuerzos diferentes.
4. Intentar favorecer la autoestima de nuestro hijo menospreciando la labor de su entrenador o atacando explícitamente a algún compañero no parece la mejor vía. En cualquier caso, si el niño tuviese nuestra experiencia y fuese lo suficientemente cabal, podría contestarnos: motívame, pero no me manipules.
5. No podemos ser ciegos a las condiciones específicas de cada niño, aunque sea nuestro hijo, ni sordo a las explicaciones del entrenador. Hay chicos que por sus peculiares condiciones físicas (por ejemplo) nunca podrán llegar al nivel de otros más y mejor dotados en algún aspecto. Todos, no solo los jugadores, debemos ser conocedores de nuestras limitaciones.
6. Que un jugador tenga una limitación física o técnica (por ejemplo), no quiere decir que no pueda jugar al fútbol. En cualquier parte del mundo, en cualquier deporte, hay muchos jugadores que no cumplen con el canon perfecto para la práctica de una actividad física en particular. De hecho son la mayoría. Lo que debemos hacer es descubrir (si están ocultas) sus virtudes y fomentarlas por encima de sus limitaciones.

Medios de comunicación

1. ¿Dónde están?
2. Con la cantidad de horas de programación a completar en cada una de las innumerables cadenas de televisión, digitales y analógicas, públicas y privadas, medios de comunicación escritos, radio o Internet, ¿por qué nadie le dedica ni un solo segundo a la formación de los jóvenes, en particular a la fiesta que es para ellos jugar torneos de este tipo?. No haré la odiosa comparación entre el premio a la basura y el premio al esfuerzo y la dedicación, sobretodo cuando se trata de colaborar en equipo en una actividad que además es saludable mientras no se demuestre lo contrario.

Cuando nos acercamos a un niño de 11 años, seamos padres, entrenadores, directivos, agentes o representantes, deberíamos grabarnos en la frente la palabra FORMACIÓN. Si actuamos con cariño, con dedicación, con esfuerzo y con paciencia, aunque de vez en cuando tengamos que corregirles (al menos intentarlo), tendríamos casi todo el trabajo hecho.